Las palabras de la gobernadora del Tolima, Adriana Matiz, durante el encuentro, no fueron solo un saludo protocolario, sino un profundo llamado a la acción para cerrar una brecha que nos empobrece como sociedad.
Las cifras son contundentes y revelan una democracia incompleta. Aunque las mujeres representan el 51,6% del censo electoral, apenas ocupan cerca de 2.000 de las más de 12.000 curules en los concejos del país. Esta disparidad no es solo estadística; es el reflejo de una subrepresentación que nos priva de perspectivas cruciales para el desarrollo.
Como bien señaló la gobernadora, el liderazgo de las concejalas es "el más cercano a la gente", aquel que escucha directamente las necesidades de los barrios y las veredas. La política real, la que impacta la vida cotidiana, se gesta all