BOGO, Filipinas (AP) — Equipos de rescate utilizaban retroexcavadoras y perros rastreadores para buscar sobrevivientes en casas derrumbadas y otros edificios dañados en el centro de Filipinas después de un sismo que causó al menos 72 muertes y dejó de 200 heridos.

Se prevé que el número de fallecidos aumente luego del terremoto de magnitud 6,9 que se registró alrededor de las 10 de la noche del martes y que dejó a un número aún incierto de residentes atrapados en la ciudad de Bogo y en pueblos rurales cercanos en la provincia de Cebú. La lluvia intermitente y los daños que sufrieron puentes y carreteras dificultaban la carrera por salvar vidas.

El miércoles por la noche, rescatistas con cascos naranjas y amarillos trabajaron durante horas usando focos, una retroexcavadora y sus propias manos para remover los escombros de concreto, madera y varillas retorcidas en un edificio colapsado en la ciudad de Bogo. No se encontró ningún sobreviviente.

“Todavía estamos en la fase crítica de búsqueda y rescate”, dijo Bernardo Rafaelito Alejandro IV, subdirector de la Oficina de Defensa Civil, en una conferencia de prensa matutina en Manila, la capital del país. “Aún hay muchos reportes de personas que quedaron atrapadas o fueron golpeadas por los escombros”.

El epicentro del temblor, provocado por el movimiento de una falla submarina a una profundidad peligrosamente baja de 5 kilómetros (3 millas), se encontraba a unos 19 kilómetros (12 millas) al noreste de Bogo, una ciudad costera de aproximadamente 90.000 habitantes en Cebú, donde se reportaron aproximadamente la mitad de las muertes.

El gobierno filipino está considerando la posibilidad de pedir ayuda a gobiernos extranjeros basándose en una evaluación rápida de daños, apuntó Alejandro.

Operarios trataban de llevar una retroexcavadora para acelerar las labores de búsqueda y rescate en un grupo de chozas en una aldea montañosa afectada por un deslave de tierra y rocas, indicó la mañana del miércoles a The Associated Press Rex Ygot, funcionario de mitigación de desastres de la ciudad de Bogo.

“Es difícil moverse en la zona porque hay peligros”, afirmó Glenn Ursal, otro funcionario de mitigación de desastres, que agregó que algunos sobrevivientes fueron llevados a un hospital desde la aldea montañosa.

También se reportaron decesos en los pueblos cercanos de Medellín y San Remigio, donde tres efectivos de la guardia costera, un bombero y un niño fallecieron en incidentes separados causados por la caída de una pared y escombros mientras trataban de huir a un lugar seguro desde una cancha de baloncesto, donde un partido fue interrumpido por el temblor, dijeron las autoridades locales.

Fue uno de los sismos más potentes en el centro del país en más de una década, y se produjo mientras muchos dormían o estaban en casa.

El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología emitió una breve alerta de tsunami y aconsejó a la población que se mantuviese alejada de la costa en Cebú y en las provincias cercanas de Leyte y Biliran, pero el aviso fue retirado en pocas horas sin que se reportaran olas.

Aun así, miles de residentes traumatizados se negaron a regresar a sus hogares y optaron por quedarse en campos abiertos y parques durante la noche a pesar de las lluvias intermitentes.

Cebú y otras provincias aún sufrían las secuelas de la tormenta tropical que azotó la región el viernes y causó al menos 27 fallecidos —principalmente por ahogamiento y caída de árboles—, cortó la electricidad en ciudades y pueblos enteros, y forzó la evacuación de decenas de miles de personas.

Las escuelas y oficinas gubernamentales estaban cerradas en las localidades afectadas por el sismo mientras se verificaba la seguridad de los edificios. Después del temblor se han detectado más de 600 réplicas, dijo Teresito Bacolcol, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología.

Advirtió que las laderas empapadas por la lluvia eran más susceptibles a registrar deslaves de tierra y barro en caso de un terremoto de gran magnitud.

“Esto fue realmente traumático para la gente. Han sido azotados por una tormenta y luego sacudidos por un terremoto”, indicó Bacolcol. “No quiero pasar por lo que ellos han pasado”.

Filipinas, uno de los países más propensos a sufrir desastres naturales, suele registrar terremotos y erupciones volcánicas debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, un arco de fallas sísmicas alrededor del océano. El archipiélago también es azotado por alrededor de 20 tifones y tormentas cada año.

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El periodista de The Associated Press Jim Gomez en Manila, Filipinas, contribuyó a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.