La tensión entre el presidente Gustavo Petro y Washington dejó de ser un ruido de casas diplomáticas para convertirse en un hecho político con repercusiones inmediatas que elevaron a máxima potencia un conflicto que se ha venido atizando con el pasar de los meses y con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Hoy, la revocatoria de la visa del presidente colombiano y de otros de sus altos funcionarios, entre esos, la canciller Yolanda Villavicencio, quien renunció al documento, alejan las posibilidades de reconciliación y diálogo entre Petro y Trump, que están en orillas muy separadas del ring de la contienda.

Lo que pasó esta última semana no se trató solo de un trámite burocrático, sino de un mensaje cargado de simbolismo en el que la primera potencia del mund

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