Una nueva tragedia sísmica ha golpeado al archipiélago filipino. Un terremoto de magnitud 6,9 sacudió el martes por la noche la provincia central de Cebú , dejando al menos 69 muertos y provocando graves daños estructurales en edificios, puentes y carreteras. Las autoridades locales han declarado el estado de calamidad , mientras continúan las tareas de rescate en zonas devastadas como San Remigio y Bogo .

El seísmo se registró en torno a las 22:00 horas locales del martes. En San Remigio, un pueblo pesquero reconstruido hace 12 años para albergar a los desplazados de un supertifón que dejó más de 6.000 fallecidos, siete personas murieron al quedar sepultadas bajo los escombros.

«El suelo seguía temblando y oíamos voces de niños llorando»

La escena tras el terremoto fue de caos y desesperación . Cientos de vecinos pasaron la noche a la intemperie , temiendo nuevas réplicas. « El suelo seguía temblando y oíamos todo el tiempo voces de niños asustados llorando a nuestro alrededor », relató un superviviente a una cadena local.

Las imágenes difundidas muestran hospitales colapsados, cadáveres en bolsas alineadas en las calles y edificios históricos derrumbados . En la ciudad de Bogo , con 90.000 habitantes, los daños han sido especialmente severos, y este miércoles ha sufrido otra réplica de magnitud 4,7 .

Servicios colapsados y lluvia complican los rescates

El terremoto también provocó cortes de electricidad y agua , dificultando aún más la atención médica. Las autoridades han solicitado voluntarios con experiencia sanitaria y han desplegado equipos militares, retroexcavadoras y perros rastreadores en las zonas más afectadas.

« Todavía estamos evaluando los daños, pero podría ser peor de lo que pensamos », advirtió Pamela Baricuatro , gobernadora de Cebú, a través de un vídeo publicado en redes sociales.

En San Remigio , los vecinos han lanzado un llamamiento urgente a los equipos de rescate: carecen de electricidad y la intensa lluvia del miércoles podría dificultar las labores de búsqueda de supervivientes bajo los escombros.

El ejército entra en acción

El ejército filipino , incluida la fuerza aérea, ha sido desplegado para apoyar las tareas de emergencia. Las autoridades aseguran que aún hay personas atrapadas y que el balance de víctimas podría aumentar en las próximas horas.

« Escuché un fuerte estruendo proveniente de la iglesia y luego vi rocas caer de la estructura. Me quedé en shock », relató Martham Pacilan , vecina de Bantayan , una de las zonas cercanas al epicentro, donde se derrumbaron una escuela y un centro comercial.

Filipinas se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico , una de las regiones con mayor actividad sísmica del planeta. Terremotos, tifones e inundaciones son habituales. Solo en la última semana, el país ha sufrido el paso de dos tifones consecutivos y fuertes lluvias monzónicas, lo que ha provocado inundaciones generalizadas .

Este contexto de vulnerabilidad ha generado protestas sociales , especialmente tras la revelación de un escándalo de corrupción millonario relacionado con la gestión de fondos para obras de prevención de inundaciones.

Daños en iglesias históricas y templos coloniales

Cebú fue una de las primeras islas filipinas colonizadas por España en el siglo XVI. Tras el seísmo, se han reportado daños en varias iglesias coloniales , incluido el derrumbe parcial del campanario de una iglesia centenaria , según imágenes difundidas en redes sociales. El arzobispo de Cebú ha pedido a los fieles evitar acudir a los templos hasta que se verifique la seguridad de las estructuras.