En los últimos días ha estallado una tormenta diplomática entre Colombia y Estados Unidos que ha puesto el foco en un elemento pocas veces visto con tanta carga política: la visa. La revocación del visado del presidente Gustavo Petro por parte del Departamento de Estado estadounidense, seguida por la renuncia voluntaria de la ministra de Relaciones Exteriores (Rosa Villavicencio) a su propia visa como gesto simbólico, ha dado pie a un debate sobre si los pasaportes diplomáticos y las visas se están usando como instrumentos de presión política más que como simples permisos de tránsito.
Antecedentes inmediatos
El 27 de septiembre de 2025, el gobierno de EE.UU. anunció que revocó la visa de Gustavo Petro, calificando sus declaraciones como “imprudentes e incendiarias”, especialmente tras su