El historiador romano Tito Livio, después de estudiar las guerras de su tiempo (siglo I a.C.), llegó a la conclusión de que el miedo está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son. Desde entonces los políticos saben que el miedo nos hace más dóciles y con frecuencia utilizan este sentimiento para manipular nuestras voluntades. Donald Trump podría escribir un tratado sobre este asunto, porque con sus amenazas tiene el mundo en vilo, lo que le permite llevar la iniciativa. Esta semana hemos visto a uno de sus apóstoles, Pete Hegseth, secretario de Guerra de Estados Unidos, reunir a centenares de generales para darles un mitin en Virginia para recuperar el ardor guerrero. La foto del personaje que publicó ayer en portada este periódico, con los puños cerrados y la boca abierta como para de
Ardor guerrero y machote, por Màrius Carol
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