Este diario envolvió su edición del Onze de Setembre con el cartel oficial de la Diada, patrocinado por la Generalitat. En él, la senyera aparecía compuesta con cuatro barras de varias hechuras, aunque todas del preceptivo color rojo sobre fondo amarillo. La primera barra está dibujada con lápices de cera. La segunda está integrada por, aproximadamente, unos cien corazoncitos. La tercera es de ganchillo. La cuarta está pintada con aerosol.
El cartel fue presentado por la portavoz del Govern como expresión de Catalunya, “país rico en su diversidad y pluralidad, igualitario, inclusivo, abierto, rico culturalmente y, por tanto, abierto al mundo”. De modo que miré las cuatro barras con atención, para ver qué me decían. En la primera intuí la mano de un niño, pero también trazas de Antoni Tàpi