Tener una bolsa de chicles guardada en el bolso o encima de la mesa de la oficina es una costumbre común entre numerosas personas de España. Motivos de consumirlo, hay varios. Ya sea porque nos guste, para eliminar el mal olor de la boca o controlar momentos de ansiedad, sobre todo cuando alguien ha decidido dejar de fumar, el chicle es uno de los dulces favoritos de muchos. Sin embargo, al igual que ocurre con el tomate en este país, este producto está prohibido en otro.
Se trata de Singapur, un país del sudeste asiático que tiene como ilegal su venta e importación desde hace unos años. La razón principal reside en salvaguardar la limpieza de las calles y de la ciudad.
Por qué comprar chicle en Singapur está prohibido
Es una norma que lleva impuesta desde el año 1992, pero hay que situ