Hace unas semanas, conversando con un colega sobre mi columna sobre la paulatina destrucción de los pilares que sostienen nuestro crecimiento económico (“Los pilares de la tierra”, del 3/9/25), me comentó que aquello se parecía al juego de “Jenga”: uno puede retirar una que otra pieza mientras queden otras que soporten la estructura; pero si seguimos haciéndolo, tarde o temprano todo se vendrá abajo.
Lo mismo está ocurriendo con el sistema previsional peruano. En todo el mundo, estos sistemas consisten en esquemas de ahorro forzoso. ¿Por qué forzoso? Porque la gente no ahorra lo suficiente para su vejez, y al no hacerlo, condena a las futuras generaciones a mantenerlos cuando ya no puedan trabajar. Esto genera una carga que puede ser insoportablemente pesada para sus fam