Podríamos pasar la última ayusada por un desliz, pero es una nueva prueba de que la presidenta de los madrileños se ha abonado al uso trumpista del lenguaje. Una simple frase en euskera pronunciada por el lehendakari Pradales (que decía: “Ayuso, escucha, Euskadi habla vasco”) bastó para que la castiza Dama de Hierro la entendiera como una amenaza. Hay quien confunde fonemas con detonaciones.
La mentira, burda y temeraria, se lanzó desde los platós de Telecinco, ante una entrevistadora que le dio micrófono y carta blanca, una de esas ocasiones en que el periodismo no está ni se le espera. Lo inquietante es la ausencia de reacción desde su partido: nadie le exigió rectificar. El silencio cómplice convierte la patraña en costumbre y la falsedad en herramienta política. Es el mismo mecani