Marruecos vive días de máxima agitación. Un movimiento de protesta liderado por jóvenes que exigen mejoras en la sanidad y la educación está alterando la calma social del país desde el pasado sábado, y ha derivado en disturbios en varias ciudades.
Los incidentes más graves se registraron la noche del miércoles, cuando tres personas murieron y varias resultaron heridas en la localidad sureña de Lqliaa, después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego para impedir –según el relato de las autoridades locales– que un grupo de manifestantes les robara sus armas. De acuerdo con la versión oficial, los alborotadores irrumpieron en una sede de la Gendarmería Real armados con cuchillos y prendieron fuego a parte de las instalaciones, lo que obligó a los agentes a disparar.
Los manifestantes