Houston (Texas), 3 oct (EFE).- A sus 31 años, Gregory Sanabria nunca pensó regresar al encierro. En Venezuela pasó casi cuatro años en el Helicoide, una prisión conocida por violaciones a los derechos humanos, en represalia por su activismo político estudiantil. Diez años después, tras rehacer su vida en el exilio, fue detenido nuevamente, esta vez en un centro para migrantes en Texas.

En junio fue arrestado durante una cita rutinaria con las autoridades migratorias en Houston y permaneció casi cuatro meses bajo custodia federal, temiendo que lo entregaran en las manos del mismo Gobierno del que huyó.

La semana pasada, un juez le concedió asilo y ordenó su liberación. “Estoy agradecido por esta segunda oportunidad, es como un nuevo comienzo”, dijo a EFE tras salir del centro Montgomery,

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