En Colombia, más de 200.000 familias enfrentan una compleja realidad al estar atrapadas en redes de préstamos informales conocidos como “gota a gota ”, una práctica ilegal que, lejos de representar una alternativa de financiación, agudiza la vulnerabilidad económica y social de quienes acuden a ella.

Según Gloria Urueña, directora de la Asociación Colombiana de la Industria de la Cobranza y BPO (Colcob) , esta problemática afecta en especial a quienes no tienen acceso al sistema financiero formal: trabajadores informales, pequeños comerciantes, madres cabeza de hogar y comunidades en zonas rurales o periféricas, que asumen usuras del 386%, cuando el sector financiero formal fijó un tope de 25%.

“No hay hogar que pueda cubrir esas acreencias y es por eso que tantos colombianos se quie

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