El escritor uruguayo Eduardo Galeano formó parte de un tribunal internacional que investigó los crímenes de la invasión soviética de Afganistán. Es un poco más complejo de explicar, pero dejémoslo en lo que él mismo refirió, y es que, durante una sesión de ese tri­bunal, en Estocolmo, un jefe tribal, anciano y muy respetado, testificó que los comunistas habían cometido el ­peor de los crímenes: habían enseñado a leer y escribir a las niñas afganas.

¿Les parece una boutade ? ¿Una extravagancia de un lugar remoto? ¿Una anécdota? Pues para nada. A los ojos de aquel anciano supuesta­mente sabio, las muertes y las violaciones o las torturas eran poca cosa ante el hecho absolutamente perturbador de que las mujeres pudiesen leer y expresarse por ellas mismas.

Casi medio siglo después, y tras

See Full Page