Donald Trump , de la mano de Pete Hegseth , ha dado un contundente puñetazo sobre la mesa para que el poderío militar de EEUU vuelva a ser temido y respetado . Así, la primera gran guerra a la que se enfrentarán las tropas será contra ellas mismas. O, más bien, contra la obesidad y la cultura woke, que ha infectado a la institución hasta extremos de hacer aparecer en las redes a soldados más ocupados en bailar, cantar o participar en espectáculos queer que en prepararse para cumplir con su cometido.

En realidad no es una novedad, puesto que se trata de un asunto que venía preocupando al actual presidente ya durante el mandato de Joe Biden . Durante este periodo, el republicano lanzó numerosos mensajes con alusiones a la necesidad de recuperar el prestigio y el poderío d

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