
“¡Abajo las corridas de toros!”. Era el 14 de octubre de 1904 y así abría su portada El Socialista , la publicación a través de la que el PSOE difundía su ideario, y que se definía en su mancheta como “órgano central del partido obrero”. Casi 121 años después, el PSOE, sentado en el Congreso de los Diputados y gobernando, ha pisoteado sus propios principios fundacionales, silenciando un debate pedido por más de 664.000 personas.
Un debate, tan solo un debate. Ni eso ha permitido el PSOE con su vergonzosa abstención del martes en el Congreso. Lo que se votaba no era sí o no a la tauromaquia. Ojalá. Lo que se votaba era si se permitía un debate democrático en la sede de la soberanía nacional sobre la protección de la tauromaquia como patrimonio cultural.