Tras permanecer en un limbo durante años, la bajada de las ratios en la enseñanza -una de las principales reivindicaciones de los docentes- empieza a tomar velocidad de crucero. El Ministerio de Educación ha presentado a los sindicatos una nueva ley para que las clases de educación primaria tengan, como máximo, 22 alumnos (frente a los 25 actuales) . En ESO y bachillerato, el tope será de 25 (frente a los 30 actuales). A partir de ahí, las comunidades autónomas podrán, incluso, bajar más. La propuesta del ministerio es que el alumnado con necesidades educativas especiales (discapacidad física, intelectual o sensorial, o por trastornos del espectro autista) computará como dos plazas.
El departamento que dirige Pilar Alegría también ha dado el visto bueno a otra de las