Nada promete ser igual a partir de este momento en Oriente Medio. Es un primer paso pero mayúsculo hacia una paz verdadera en la región cuya solvencia se explica por el tamaño de los intereses que la demandan, superiores a los que pretendían mantener el status quo del conflicto. Una lección dolorosa pero cierta es que paz y guerra son condiciones que emergen siempre de intereses, a veces rinde más uno que el otro.

Este convenio, justamente por esos motivos y debido a sus participantes y características, va más allá de la cuestión de Gaza y reconfigurará la geopolítica regional . Un capítulo central de esas mutaciones afectará, posiblemente de modo definitorio, a la influencia de Irán en el conflicto de Oriente Medio. Y habrá que ver si también a la propia estabilidad de ese régimen rea

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