No vamos a ser reprensivos con una película que, en clave de comedia negra truculenta, se divierte recreando un cuento de hadas popular.
Y menos si se trata de una ópera prima que despliega una sucesión de mutilaciones para ganarse el corazón de los amantes del gore.
Así es La hermanastra fea, versión autoflagelante de Cenicienta escrita y dirigida por la noruega Emilie Blichfeldt, una apuesta que invoca, en sus momentos más erótico-pornográficos, al cine de Walerian Borowczyk, y, en sus pasajes más extremos, a toda la runfla contemporánea de crueles simpáticos de Europa, encabezada por el griego Yorgos Lanthimos y la francesa Coralie Fargeat.
La novedad de la película está en que asume el punto de vista de Elvira (Lea Myren), hermanastra de la bella Agnes (Thea Sofie Loch Næss), quien