El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, no ha tenido suficiente con el debate de política general. Está en modo negociación y pretende sacar adelante los presupuestos sí o sí. Difícil empeño. Sus teóricos aliados, ERC y los Comuns, están más preocupados en sus postureos que en dotar a la administración de una pauta de gastos e ingresos y de prioridades a la gestión.

Oriol Junqueras y quien sea que mande en los Comuns torean de salón. Se miran en el espejo y cargan la suerte. Que se note que Illa depende de sus marcas . Pero quienes quedan en evidencia son ellos, que piden pisos públicos y luego tumban el más ambicioso plan de pisos públicos desde los tiempos del noticiario documental.

Illa está dotado de una paciencia franciscana que le impide caer en la tentación intelectual

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