La trigésimo octava celebración del Día de la Fiesta Nacional de España -desde que se instauró, por decreto, en 1987- ha culminado en Madrid con la tradicional parada militar, este año saludada por la luz del sol, pese a que se temía lluvia como en 2024, y con calurosa acogida del público en el eje Atocha-Prado-Recoletos de Madrid.
No ha tenido al comienzo la importancia que otros años venía teniendo otro aguacero: el acostumbrado abucheo a Pedro Sánchez . No porque no se haya producido, sino porque estaban más lejos del área de autoridades los grupos de alborotadores que suelen deslucir el comienzo de los actos con una sonora reprobación e insultos al presidente del Gobierno.
Sánchez ha esperado la llegada de los reyes dentro de su coche oficial, cerca del punto de arribo en el