Vaya si no hay creación tan memorable como las máquinas de coser Singer . Si bien el fundador de esta compañía no inventó tal artefacto, su diseño revolucionó el mercado. Y, entre tantas anécdotas, dejó un legado arquitectónico que fue centro de sospechas por supuesto espionaje .
El estadounidense Isaac Merritt Singer hizo nacer un imperio comercial en base a uno de los productos más vendidos de la historia . Es que la practicidad de estos aparatos allá por 1851 , junto a la posibilidad de adquirirlas mediante un pago en cuotas, cambiaron los ritmos de producción y la forma de trabajo de las costureras.
No tan conocidos como los recuerdos que dejó en las familias, son sus emblemas arquitectónicos . Uno de ellos fue el Edificio Singer , un rascacielos neoyorkino que