La guerra tecnológica entre Occidente y China ha dado un salto de continente. El Gobierno de Países Bajos ha intervenido Nexperia, un histórico fabricante neerlandés de semiconductores controlado por el grupo chino Wingtech, alegando riesgos para la seguridad económica y tecnológica de Europa. La decisión, sin precedentes en el sector, incluye la suspensión del director ejecutivo chino y la imposición de un control directo del Estado sobre la compañía, en plena escalada global por el dominio de la industria de los chips.

El Ejecutivo neerlandés ha aplicado por primera vez una ley de emergencia que le permite intervenir empresas, vigente desde 1952 pero nunca invocada hasta ahora. Su objetivo es asegurar la disponibilidad de determinados bienes en situaciones de emergencia y actuar directamente sobre la gobernanza interna de una empresa cuando su actividad se considera estratégica.

Países Bajos, cuyo gobierno se encuentra en funciones tas la dimisión de su primer ministro en junio, ha justificado la decisión en la necesidad de impedir que conocimientos tecnológicos y capacidades clave salgan de su territorio y de Europa. Paralelamente, el Tribunal de Apelación de Ámsterdam destituyó a Zhang Xuezheng, director chino de Nexperia y figura central de la compañía, tras una suspensión previa.

La operación podría acarrear contramedidas desde Pekín. Medios oficiales del gigante asiático lo califican de “robo a plena luz del día”, según recoge la la televisión pública neerlandesa NOS. La semana pasada, el Gobierno chino ya impuso controles de exportación sobre baterías de litio, materiales superduros (como el polvo de diamante sintético) y tierras raras, en respuesta a restricciones estadounidenses.

Nexperia fabrica chips usados en teléfonos móviles, automóviles y paneles solares, entre otros, y es un proveedor clave para la industria europea. Su adquisición por parte de Wingtech en 2019 ya había despertado inquietud, en medio de la creciente vigilancia sobre la dependencia tecnológica respecto a China.

“Graves deficiencias de gestión”

Según el Ministerio de Asuntos Económicos, existían “señales recientes y urgentes de graves deficiencias de gestión y actuaciones” dentro de Nexperia, con sede en la ciudad neerlandesa de Nimega, que amenazaban la continuidad de conocimientos tecnológicos esenciales para la industria europea.

La pérdida de estas capacidades, explicó el gabinete en funciones, supondría un “riesgo para la seguridad económica de Países Bajos y de Europa”, lo que ha llevado a la toma de esta medida, adoptada en la práctica a finales de septiembre, aunque no se había anunciado hasta este lunes.

La intervención permite al Estado bloquear o revertir decisiones empresariales que puedan dañar los intereses de la compañía, comprometer su futuro como empresa europea o poner en peligro la cadena de valor tecnológica estratégica. El proceso productivo ordinario de Nexperia seguirá con normalidad.

La decisión, recogida en documentos de Wingtech (propietario de Nexperia desde 2019), se produjo la semana pasada. El Ministerio explicó que se trata de una medida de último recurso, y subrayó además que esta acción se dirige exclusivamente a Nexperia y no afecta a otras empresas, sectores ni países. La compañía puede recurrir la decisión ante los tribunales.

La intervención marca un precedente en la política industrial neerlandesa, al activar por primera vez una ley concebida en la posguerra para garantizar el acceso a bienes esenciales en situaciones de crisis. China, también en nombre de la seguridad nacional, ha ampliado su lista de instrumentos comerciales para responder a acciones extranjeras.

Este movimiento es especialmente relevante porque Países Bajos no solo alberga Nexperia, sino también a ASML , el fabricante de máquinas de litografía más avanzadas del mundo, crucial para la producción de semiconductores de última generación.