Más de 100.000 exmiembros de las fuerzas armadas no tienen ciudadanía estadounidense y están en riesgo de ser expulsados del país

Después de 15 años entre rejas, el sargento Jose Barco, veterano condecorado y herido en la guerra de Irak, salió de prisión el segundo día de la segunda presidencia de Donald Trump. La libertad, sin embargo, apenas le duró instantes. Afuera lo esperaban agentes migratorios . Desde entonces, ha estado en centros de detención, contando hacia atrás hasta el momento de una deportación que a estas alturas representa a la vez un alivio y también la última desgracia en una lista que no ha hecho más que alargarse desde que se unió al ejército con 17 años. Su esposa, Tia Barco, solo tiene una explicación: tiene que ser una “maldición”.

El sargento, que hace unas sem

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