“El aula puede ser una plaza, un ex centro de detención o una terraza”, asegura Federico Colombo. Él es docente de Biología y, desde hace más de una década, entendió que para llegar a sus alumnos era necesario innovar, crear proyectos que los entusiasmaran y tomar contacto con la naturaleza.
“Es difícil captar la atención de los estudiantes de hoy en día. En el 2015 pensé en hacer proyectos divertidos y que las clases ocurrieran en aulas a cielo abierto”, resume sobre el rumbo que tomó su carrera docente. Estar en contacto con la biodiversidad, hacer salidas en las que se identifican especies y la divulgación del conocimiento se convirtió en la marca registrada de su espacio curricular.