Aguas Vivas es un lote de 147 mil metros cuadrados, mucho más grande que el Jardín Botánico de Medellín, ubicado en El Poblado, una de las zonas más ricas de la ciudad. Son algo así como unas 25 manzanas sin construir, rodeadas de edificios residenciales, que están en el centro de las acusaciones de corrupción que le llueven a Daniel Quintero. El caso se centra en un debate de regulación urbanística sobre si su alcaldía intentó favorecer ilegalmente a sus dueños para valorizar el lote y librarlos de una sanción.

El precandidato se pone al teléfono para hablar sobre Aguas Vivas, y no sobre el enredo en que puede resultar su amenaza de bajarse de la consulta presidencial del Pacto. Lo hace porque, entre la cascada de 40 funcionarios de su alcaldía de Medellín imputados por corrupción, este

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