La sonrisa de José Luis Aguirre, tan amplia como contagiosa, no se borra por nada del mundo. Ni por el clima social que describe con certeza serrana, ni por la escasa concurrencia que puedan tener sus recitales en tiempos donde vender una entrada es difícil para cualquiera. En cualquier circunstancia, el poeta cordobés muestra sus dientes y sus canciones.

Por tercera vez en el año, Aguirre llegó a la provincia para reencontrarse con su público y expandir su mensaje de búsqueda de uno mismo en medio de un entorno por ahora complejo. Durante las dos horas de concierto en la sala Berta Vidal de Battini, el cantante expuso sin nombrar a persona alguna su compromiso con lo público, lo solidario, lo grupal, Palestina y las víctimas del triple crimen de La Matanza.

Recién llegado de Villa Dolor

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