Rodrigo Paz Pereira ha ganado el balotaje presidencial en Bolivia, marcando un hito en la historia política del país. Con el 54,5% de los votos, según el Tribunal Supremo Electoral, Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), derrotó al conservador Jorge "Tuto" Quiroga, quien obtuvo el 45,5%. Este resultado pone fin a 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), que había dominado la política boliviana desde la llegada de Evo Morales al poder en 2006.

La jornada electoral del 19 de octubre fue histórica, ya que fue la primera vez que Bolivia celebró una segunda vuelta presidencial. La victoria de Paz representa un cambio significativo en el panorama político del país. El nuevo presidente asumirá el cargo el 8 de noviembre, enfrentando el desafío de recuperar la estabilidad económica y reconstruir la confianza institucional tras una prolongada crisis política y fiscal.

Paz, economista de 58 años, expresó su deseo de unidad y reconciliación en su discurso tras la victoria. "Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia, pero para todos. Se viene una nueva historia. Basta de corrupción", afirmó Edmand Lara, el vicepresidente electo, al conocerse los resultados.

La campaña de Paz se centró en el lema "Capitalismo para todos", con un fuerte énfasis en mejorar el funcionamiento de los mercados y un uso eficiente de los recursos públicos. Durante su votación, Paz instó a los ciudadanos a participar en este proceso electoral, señalando que era un momento de cambio y renovación para el país.

La derrota del MAS fue atribuida a la mala gestión y la corrupción, según figuras del propio partido. Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, responsabilizó a Evo Morales y al actual mandatario Luis Arce por la situación. Morales, por su parte, minimizó el proceso electoral, sugiriendo que el voto nulo era la verdadera expresión del pueblo.

La jornada electoral fue observada por organismos internacionales, que la calificaron como satisfactoria. La Misión de Observación Electoral de la OEA destacó que el 90% de las mesas abrieron a tiempo y sin incidentes. El vicepresidente saliente, David Choquehuanca, pidió respeto por los resultados y un gobierno inclusivo.

Los analistas coinciden en que el primer gran reto del nuevo gobierno será garantizar el abastecimiento de combustible, afectado por la crisis energética. Además, se anticipan reformas estructurales en la justicia y el régimen de inversiones. En su discurso de cierre, Paz enfatizó que su administración buscará "unidad, trabajo y transparencia" como pilares de un nuevo tiempo político. "Bolivia inicia un nuevo ciclo. Cerramos 200 años de historia con división y abrimos una etapa de esperanza. Gobernaremos entre todos los bolivianos", concluyó.