En los pasillos de nuestros hospitales y en las consultas médicas se está librando una batalla silenciosa contra un grupo de la población que resulta especialmente vulnerable: las personas mayores. El edadismo – la discriminación por edad – se ha infiltrado en el sistema sanitario español, contradiciendo abiertamente el artículo 14 de nuestra Constitución, que prohíbe expresamente cualquier tipo de discriminación, incluyendo la basada en la edad.
Uno de los aspectos más preocupantes del edadismo sanitario se manifiesta en los programas de cribado. Mientras personas de mediana edad acceden regularmente a mamografías, colonoscopias y otras pruebas preventivas, muchos mayores se encuentran con una barrera infranqueable: su fecha de nacimiento.
La justificación suele ser económica –el