
La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Bilbao ya tiene calendario, límites y excepciones. No todos los coches quedarán fuera, y eso es lo que muchos conductores estaban esperando saber. El Ayuntamiento ha decidido aplicar las restricciones poco a poco, dejando margen a los vecinos, a las empresas y a quienes usan el coche por necesidad. La idea es reducir la contaminación sin poner la vida cotidiana patas arriba.
En la práctica, la medida se implantará en dos fases. Primero, entre 2025 y 2027, se restringirá el paso a los vehículos sin distintivo ambiental. Luego, a partir de 2028, la prohibición alcanzará también a los que tengan la etiqueta B. Pero no todo será blanco o negro. Habrá matices, y muchos. E n función de la edad del conductor, su domicilio o el uso del vehículo, se podrá seguir accediend o, siempre que se justifique y se solicite el permiso correspondiente. El Ayuntamiento insiste en que esta ZBE no busca castigar a nadie. Al contrario, su intención es ayudar a que la ciudad respire mejor sin dejar atrás a quienes aún dependen del coche. Por eso, además de las restricciones, ha diseñado una lista bastante amplia de casos en los que sí se podrá circular por la ZBE de Bilbao, incluso con vehículos sin etiqueta B o C. Y conviene conocerlos bien antes de que empiece la cuenta atrás.
Los casos en los que los conductores podrán circular por la ZBE de Bilbao
Durante la primera fase (2025-2027), los vehículos sin etiqueta no tendrán paso libre, pero sí podrán entrar si se acogen a alguno de los supuestos previstos . Los vehículos de personas con movilidad reducida estarán autorizados, con un máximo de dos por titular. También los coches que presten servicios públicos o de interés general, como transporte, energía, sanidad, comunicaciones o seguridad. Lo mismo ocurrirá con los que se usen para actividades económicas dentro de la zona: repartidores, mantenimiento, talleres o empresas de limpieza, entre otros.
Otro caso frecuente será el de los residentes empadronados dentro de la ZBE , siempre que la dirección registrada en la DGT coincida con la del domicilio. Estas personas podrán seguir circulando, aunque si su coche no tiene etiqueta deberán pedir una autorización. Lo mismo se aplica a quienes dispongan de una plaza de garaje o aparcamiento en la zona: podrán solicitar un permiso vinculado a cada fase del plan.
También hay excepciones para quienes usan un coche en régimen de renting, leasing o usufructo, o como vehículo de sustitución. En esos casos, la autorización será anual o por fases, según el tipo de contrato. Los talleres situados dentro de la ZBE podrán tramitar directamente permisos para los clientes que acudan con vehículos antiguos, de manera que el conductor no tenga que preocuparse por una posible sanción.
La norma contempla además situaciones personales o sociales. Por ejemplo, los mayores de 80 años, las personas dependientes o con movilidad reducida que vivan dentro de la ZBE podrán registrar hasta dos vehículos a su nombre o al de sus cuidadores . También se incluyen los beneficiarios de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) o del Ingreso Mínimo Vital (IMV), que podrán solicitar una autorización especial adaptada a su situación económica.
A partir de 2028, comenzará la segunda fase. Entonces, los coches con etiqueta B también quedarán fuera , salvo excepciones muy concretas. Los residentes mayores de 70 años sin etiqueta podrán seguir circulando dentro de la ZBE, pero con autorización. Los vehículos con etiqueta C, ECO o CERO seguirán entrando sin problema, igual que los taxis, los VTC y los coches vinculados a servicios esenciales.
También habrá autorizaciones temporales y puntuales. Por ejemplo, para entrar a hacer un reparto, realizar trabajos de mantenimiento o acudir a una cita médica urgente. Si el acceso se hace por un imprevisto, el permiso podrá pedirse incluso hasta 48 horas después, siempre que se justifique el motivo. Y algo importante: no hará falta colocar ningún distintivo nuevo en el vehículo, ya que todo se controlará mediante lectura de matrícula.
Los vehículos históricos, las bicicletas, los patinetes eléctricos y los vehículos ECO y CERO seguirán circulando con total libertad. La idea no es llenar la ciudad de prohibiciones, sino ordenar el tráfico y reducir las emisiones de forma realista.
En resumen, la ZBE no será un muro infranqueable, sino un sistema flexible con distintas puertas de acceso. Los coches sin etiqueta B o C lo tendrán más difícil, sí, pero no quedarán completamente fuera. Habrá margen, excepciones y autorizaciones para los casos en los que la movilidad sea una necesidad real. La clave estará en informarse, planificar y solicitar los permisos con antelación para evitar sanciones.
El cambio será progresivo, y el Ayuntamiento lo sabe. Por eso la norma se ha planteado en dos etapas , para que la adaptación sea gradual. Bilbao quiere respirar mejor, pero también quiere hacerlo sin asfixiar a quienes, por trabajo o circunstancias personales, todavía necesitan el coche.