Bolivia ha puesto fin a dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS) y ha abierto una nueva página de su historia política. En unas elecciones históricas, pacíficas y con una participación ciudadana cercana al 90 % , el país ha elegido como nuevo presidente a Rodrigo Paz Pereira , del Partido Demócrata Cristiano (PDC) , quien se impuso en la segunda vuelta con el 54,57 % de los votos , frente al 45,43 % obtenido por el exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga .

El resultado, confirmado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el 97,68 % de las actas escrutadas , supone un punto de inflexión no solo para Bolivia, sino para la política latinoamericana, históricamente marcada por la polarización entre populismo e institucionalismo.

“Bolivia inicia una nueva dimensión. Con las manos extendidas, trabajaremos con todos, hombres y mujeres, desde el Parlamento y las organizaciones sociales. Hay que reconstruir y abrir Bolivia al mundo”, declaró el presidente electo desde su comando de campaña en La Paz, ante miles de seguidores que celebraron hasta la madrugada.

El fin de una era

Con esta victoria, Rodrigo Paz , hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, hereda un país golpeado por la crisis económica, la corrupción y el aislamiento internacional . Su triunfo marca el fin de veinte años de gobiernos del MAS , primero bajo Evo Morales y luego con Luis Arce Catacora , caracterizados por una fuerte intervención estatal, nacionalizaciones masivas y una política exterior alineada con los regímenes de Cuba, Venezuela y Rusia.

Durante el último quinquenio, Bolivia ha sufrido una inflación acumulada del 23 % , escasez de dólares , déficit fiscal creciente y parálisis productiva por la falta de combustible. La economía —otrora una de las más dinámicas de Sudamérica— atraviesa hoy una crisis de balanza de pagos , con reservas internacionales en su nivel más bajo desde 1999.

“La victoria de Paz simboliza el agotamiento del modelo del ‘socialismo del siglo XXI’”, señala el economista boliviano Jaime Dunn. “La gente ha votado por una transición ordenada, sin aventuras, pero con reformas profundas”.

Una jornada ejemplar

El TSE calificó la jornada electoral como “ejemplar”. No se registraron incidentes significativos, y las urnas cerraron en medio de una atmósfera de civismo inusual en un país acostumbrado a tensiones postelectorales.

El gesto político de la noche lo protagonizó Jorge Quiroga , quien reconoció rápidamente su derrota y felicitó personalmente a Paz.

“Bolivia necesita madurez y democracia. No más violencia ni incertidumbre”, afirmó Quiroga, anunciando que ejercerá una oposición “responsable” desde el Parlamento.

La transición de mando está prevista para el 8 de noviembre , cuando Paz y su vicepresidente electo, el exoficial de policía Edman Lara , asumirán oficialmente el poder.

Reacciones internacionales: Washington y Buenos Aires celebran el cambio

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio , fue uno de los primeros en felicitar al presidente electo.

“Tras dos décadas de mala gestión, la elección del presidente Paz representa una oportunidad transformadora. Estados Unidos está listo para colaborar en seguridad, inversión y migración”, expresó en un comunicado.

Por su parte, el presidente argentino Javier Milei celebró con entusiasmo el fin de la era socialista:

“Es un día histórico para Bolivia. Se acaba el modelo del ‘socialismo del siglo XXI’. ¡Viva la libertad, carajo!”, escribió en sus redes sociales.

Fuentes diplomáticas en Washington confirmaron que el vicesecretario de Estado, Christopher Landau , mantuvo comunicación directa con Paz para preparar una nueva etapa de cooperación bilateral , centrada en la inversión privada, el libre comercio y la modernización institucional .

El nuevo rumbo del PDC: “Capitalismo para todos”

Rodrigo Paz, de 49 años, se define como liberal moderado y demócrata pragmático . Durante la campaña, propuso un modelo de “capitalismo para todos” , centrado en la apertura económica, la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Su programa de gobierno contempla:

  1. Una reforma institucional profunda , que fortalezca el sistema judicial y reduzca el poder político sobre la justicia.

  2. La atracción de inversión extranjera mediante seguridad jurídica y reducción de trabas burocráticas.

  3. La eliminación gradual de subsidios al combustible, sustituyéndolos por programas de apoyo directo a las familias vulnerables.

  4. El regreso de Bolivia a los mercados internacionales de crédito , con el respaldo de organismos como el FMI, el Banco Mundial y el BID.