Claudia Sheinbaum y el liderazgo en tiempos de emergencia
Las y los grandes gobernantes se distinguen por su sentido ético de la política.
Entienden que esta es ante todo servicio, responsabilidad, vocación: ética de convicción y ética de responsabilidad.
Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, muestra día a día que su humanismo no es discursivo sino de acción y por eso ella, no es una simple administradora, es una estadista.
Sin duda la prueba más alta para un gobernante, y nuestra presidenta no es una excepción, es enfrentarse a los retos que le impone la naturaleza a los habitantes de una Nación.
En su respuesta se mide el temple, la energía, el don de mando, los conocimientos y la responsabilidad, como sobradamente lo ha demostrado la presidenta de México.
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