La salud mental y las enfermedades crónicas están más conectadas de lo que podemos imaginar. Durante años, la medicina ha tratado el cuerpo y la mente como entidades separadas, pero actualmente la ciencia demuestra que ambos aspectos se influyen mutuamente. Entender esta relación es esencial para diseñar estrategias de prevención y tratamiento que aborden a la persona de forma integral.

Cuando la enfermedad afecta la mente

La mente también enferma al cuerpo

La relación es bidireccional. Estrés crónico, ansiedad y depresión pueden convertirse en un factor de riesgo para desarrollar enfermedades metabólicas o cardiovasculares. La tensión prolongada activa procesos inflamatorios que favorecen males como hipertensión o diabetes. Además, una salud mental deteriorada puede conducir a hábitos

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