Durante décadas, las familias en India han dedicado años y gran parte de sus finanzas a un único objetivo: que sus hijos obtengan un título universitario en Estados Unidos.

A pesar del elevado coste —a menudo soportado en préstamos desorbitados—, el riesgo era asumible porque la recompensa probablemente era una plataforma de lanzamiento profesional que ningún otro país del mundo podía ofrecer.

Pero los cambios radicales en la política del presidente Donald Trump –desde su reciente anuncio de una tarifa de US$ 100.000 para las visas de trabajo H-1B hasta el escrutinio más estricto de su administración sobre los estudiantes internacionales y las medidas enérgicas contra la inmigración– han hecho que muchos de esos estudiantes y sus familias cuestionen esa forma de pensar de larga data.

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