En solo tres años, Petro logró que la vivienda tuviera sus propios jinetes del Apocalipsis: ocho, y no cuatro. Tres años le bastaron al gobierno de Gustavo Petro para destruir lo que se construyó durante décadas. Estos tres años han sido los más críticos en la historia reciente de la vivienda en Colombia.
Desde que inició este gobierno, 206.161 hogares no lograron cumplir el sueño de tener casa propia. En total, 577.251 personas —la población de una ciudad como Santa Marta— perdieron la oportunidad de construir su patrimonio. El país también sufrió: el Gobierno marchitó una inversión potencial de $60 billones, que las familias habrían destinado a vivienda, cifra equivalente al 3,4 % del PIB.
El abandono de la vivienda formal también afectó la iniciativa empresarial. En tres años se dejar