La frase de la portavoz de Junts retumbó en todo el hemiciclo y provocó un murmullo generalizado. “Quizás debería dejar de hablar de cambios horarios y empezar a hablar de la hora del cambio”, le dijo Míriam Nogueras al presidente del Gobierno durante su turno de pregunta en la sesión de control. Pedro Sánchez no quiso o no supo qué contestar a un mensaje que, por el tono de solemnidad de la diputada, sonó diferente a otras veces aunque en el fondo encierre la misma amenaza de siempre de los de Carles Puigdemont. Es decir, hacer caer al Ejecutivo si no se satisfacen sus exigencias.

El caso es que Nogueras volvió a conseguir lo que tantos días a lo largo de la legislatura ha conseguido ya su grupo parlamentario: que todo el mundo intente desencriptar su discurso político para saber exactamente si, a la enésima advertencia, esta vez sí está Sánchez ante un ultimátum de verdad o es otro farol más. “La afirmación de hoy no es gratuita. Esto va en serio. Nunca habíamos hablado de cambio”, aseguran desde Junts preguntados sobre el trasfondo del mensaje trasladado hoy.

En realidad, cumplir con la literalidad de esa amenaza velada de “cambio” conduciría irremisiblemente al único volantazo real que tienen en sus manos los siete diputados de Junts en el Congreso: unir sus votos al PP y a Vox para apoyar una moción de censura que desaloje a Pedro Sánchez de la Moncloa. Y ahí los de Puigdemont bajan de nuevo el suflé. “Hay que seguir la línea de puntos de lo que venimos denunciando y advirtiendo desde hace semanas”, aseguran fuentes parlamentarias de los independentistas catalanes respecto a los incumplimientos que reprochan al Gobierno. Aunque, sobre la moción de censura, añaden: “Aún no estamos en eso”.

Lo que describen en Junts es una legislatura en vía muerta en la que, desde su punto de vista, no atisban el cumplimiento de ni uno solo de los compromisos adquiridos por el PSOE. “Los próximos días serán importantes, la próxima semana se verá. La prórroga no durará toda la legislatura, ya lo avisamos. Como estamos ahora no tiene sentido continuar y el chicle ya no da más de sí. O cambian ellos en la forma de hacer política, o cambiamos nosotros”, advierten.

En plena competencia electoral con la xenófoba Aliança Catalana, en Junts por primera vez no ponen en el foco en la aplicación de la amnistía a Puigdemont o en la oficialidad del catalán en la Unión Europea como asuntos prioritarios pendientes de concretarse. Las demandas más urgentes que trasladan al Gobierno, en cambio, tienen que ver con sus iniciativas sobre “multirreincidencia, inquiokupación” o sobre la delegación de competencias migratorias a la Generalitat. Justo la agenda ultra antiinmigración por la que compite con el partido de Silvia Orriols.

Cuestionados por la última amenaza, en el Gobierno prefieren rebajar la trascendencia de “una frase hecha”, tal y como calificaba la expresión de “la hora del cambio” una ministra que hacía su propia lectura del discurso de Nogueras. “Es el Junts de siempre. Suelen elevar el tono cuando ponen altas sus exigencias. Que nos expliquen lo que quieren decir, pero es un juego de palabras al que no le damos mayor dramatismo”. En la misma línea se expresaba otro de los ministros más cercanos al presidente. “Han conseguido colar su frase en el telediario. Seguimos”.

Lo cierto es que el tono y el fondo de la intervención de Míriam Nogueras este miércoles en el Congreso ha sido indistinguible del de formaciones de oposición como el PP y Vox, con los ataques más explícitos al PSOE que se recuerden en sede parlamentaria de unos supuestos socios de legislatura. “Mucha gente está hasta las narices de no llegar a fin de mes mientras ven que sus impuestos no ponen fin a la tortura de Renfe, o a levantar los negocios, o a facilitar el acceso a la vivienda, sino que van a pagar rescates de la flotilla, la financiación ilegal de partidos, la prostitución, las fiestas o la financiación de medios de comunicación”, dijo.

“Nosotros vamos a tomar las decisiones que tengamos que tomar y pregunto al PSOE qué van a hacer: ¿Van a bloquear, seguir contando cuentos o empezar a trabajar?”, ha exclamado tras recordar que Junts es el único partido que en su acuerdo de investidura no aceptó la cláusula de estabilidad del Gobierno, sino que ésta “iría en función de la materialización de los acuerdos”.

En este contexto, ha insistido en que “la gente está hasta las narices” de que no se solucionen los problemas, señalando como tales la delincuencia en las calles porque sigue bloqueada la Ley que propuso Junts contra la multirreincidencia; la ocupación de pisos porque también está bloqueada la ley contra las ocupaciones; la situación de los autónomos o los retrasos en los trenes.