En Alaska, la tierra es fácil de conseguir. Pero la energía y los alimentos no.

Así que, cuando se construyó hace dos años el mayor parque solar del estado, capaz de abastecer a 1400 hogares, los investigadores querían comprobar si era posible cultivar alimentos entre los paneles. Las filas de paneles en el terreno de 18 hectáreas están dispuestas a 15 metros de distancia, mucho más anchas que en latitudes más bajas, y captan la energía solar tanto por delante como por detrás para aprovechar al máximo la luz solar del verano, mientras el sol brilla en el horizonte día y noche.

Este caso piloto en Houston, Alaska, para combinar granjas de alimentos y parques solares, una práctica denominada agrivoltaica, se diseñó como modelo para otras comunidades que buscan seguridad energética y alimen

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