El teniente coronel Antonio Tejero Molina , protagonista del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 , ha fallecido a los 93 años de edad en su domicilio de Valencia, tras atravesar un largo periodo de deterioro físico. Según fuentes cercanas a la familia, falleció en su casa rodeado de sus hijos y tras recibir la extremaunción .

Tejero pasará a la historia como uno de los personajes más controvertidos de la Transición española , al liderar un fallido intento de derrocar al Gobierno democrático cuando España daba sus primeros pasos hacia la consolidación del sistema parlamentario.

De la Guardia Civil al Congreso: la noche del 23-F

Antonio Tejero ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza a los 19 años. Tras varios destinos en Manresa, La Cañiza, Vélez-Málaga y Canarias , alcanzó el mando de la Comandancia de Málaga . Desde esa posición, ya mostró su rechazo al proceso democrático iniciado tras la muerte de Franco, lo que le costó un mes de arresto por impedir una manifestación de carácter democrático.

En 1978 , junto a otros militares, diseñó el primer intento golpista conocido como la "Operación Galaxia" , por la cafetería donde se planificó. Aunque no se ejecutó, fue condenado a siete meses de prisión .

Sin embargo, el episodio más recordado se produjo el 23 de febrero de 1981 , cuando, al frente de unos 200 guardias civiles armados , asaltó el Congreso de los Diputados durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo . Durante casi 18 horas, mantuvieron secuestrados a diputados, ministros y miembros de la prensa.

La imagen de Tejero blandiendo una pistola en el hemiciclo mientras gritaba «¡Quieto todo el mundo!» permanece como una de las más icónicas de la historia reciente de España. El intento fue desactivado al día siguiente gracias al papel decisivo del rey Juan Carlos I y al rechazo unánime del Ejército.

Condena, expulsión del cuerpo y sus últimos años

Tejero fue condenado en 1983 por el Tribunal Supremo a 30 años de prisión por rebelión militar consumada con agravante de reincidencia . Fue además expulsado de la Guardia Civil . En 1996 obtuvo la libertad condicional , tras cumplir 15 años de su condena.

Desde entonces, vivió alejado de la vida pública, aunque se mantuvo firme en sus convicciones. Su última aparición pública fue en 2019 , durante la inhumación de los restos de Francisco Franco en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo , donde acudió acompañado de familiares.

Casado con una hija de guardia civil, tuvo seis hijos : tres mujeres y tres varones , de los cuales dos siguieron la carrera militar y otro se ordenó sacerdote. Algunos de sus descendientes han defendido públicamente su figura.

Un legado marcado por la sombra del golpismo

Antonio Tejero fue durante décadas un símbolo de la resistencia al cambio democrático y la nostalgia franquista. Aunque condenado por la Justicia y apartado de la vida institucional, su figura ha sido reivindicada en sectores de extrema derecha que nunca han dejado de ver en él a un “patriota”.

Para la mayoría de la sociedad española, sin embargo, su nombre evoca uno de los momentos más críticos y oscuros de la reciente democracia. El 23-F puso en peligro los avances políticos de la Transición y tensó hasta el límite las costuras del joven sistema constitucional.

A pesar del tiempo transcurrido, el episodio del 23-F sigue siendo objeto de estudio, debate y análisis. Muchos historiadores lo consideran un intento aislado pero sintomático de la resistencia que aún existía en algunos sectores del aparato franquista a aceptar el cambio de régimen. Otros destacan el papel clave de las Fuerzas Armadas al rechazar de forma unánime el golpe.

En el aniversario del 23-F, figuras como Armada o Milans del Bosch , también condenados por su implicación, han sido recordadas como parte de aquel complot fallido. Antonio Tejero fue el rostro más visible del asalto, y su fallecimiento cierra uno de los capítulos más delicados de la historia reciente de España.