Lo que se anunció como una boda romántica se convirtió en un silencio más ruidoso que cualquier anuncio.

Detrás de la ausencia de Litzy y Poncho Cadena en el altar, hay más que compromisos laborales superpuestos. Fuentes cercanas al entorno del chef revelan que el trámite de divorcio con su exesposa aún no tiene firma final —y que, lejos de ser un trámite burocrático rutinario, se ha vuelto un laberinto legal con obstáculos inesperados. Mientras él insiste en cerrar esa puerta antes de abrir otra, ella, con la misma serenidad con la que cantó “No te vayas”, parece estar reevaluando lo que realmente quiere escribir en la siguiente página.

En círculos privados, se habla de una tensión sutil, no de peleas, sino de tiempos distintos. Él, acostumbrado a cocinar bajo presión, quiere aceler

See Full Page