En el 549 de la avenida Juan Velasco Alvarado, en la urbanización Valle Sharon de San Juan de Miraflores, está la casa que guarda una de las historias más singulares de la gastronomía limeña. Allí funciona Esperanza, el restaurante que comenzó como un comedor familiar levantado por la madre de Seti López y que cumple diez años bajo la conducción del hijo, convertido en chef tras un recorrido que lo llevó a trabajar en cocinas de exigencia internacional.

El local sigue mostrando en la pared aquella tablita que recuerda los inicios, una marca sencilla de la época en que el menú era casero y directo. Con el regreso de Seti, que se formó en restaurantes de alto nivel dentro y fuera del país, la propuesta ha tomado otro rumbo sin perder la raíz. Su cocina se sostiene en la memoria de los guiso

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