Mientras titulares internacionales celebran un nuevo tratamiento genético capaz de frenar la mortalidad de una de las enfermedades más crueles de la infancia, en Córdoba se recuerda que esa batalla comenzó mucho antes. Hace ya cuatro años, un equipo médico del Hospital Reina Sofía salvó la vida de una niña, Aitana, diagnosticada con ADA-SCID, un trastorno genético que deja al cuerpo sin defensas, convirtiendo a los más pequeños en blancos fáciles de infecciones letales como la meningitis, la neumonía o la varicela.

El tratamiento experimental que ha hecho historia recientemente fue desarrollado por el prestigioso inmunólogo estadounidense Donald Kohnque, con una tasa de éxito del 95% en 62 pacientes. Pero en Córdoba, el doctor Manuel Santamaría, inmunólogo del hospital andaluz, ya había a

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