Que la última acción de la derrota en el clásico fuera la expulsión de Pedri, primera como blaugrana, resultó sintomático para el Barça . El canario, que aúna la idiosincracia del equipo de Flick, motor en la fase ofensiva y aplicado como el que más en la presión sin balón, vio tres tarjetas en cada una de las tres últimas temporadas y solo en el partido del Bernabéu le mostraron dos amarillas. La primera cartulina llegó por corregir, con un agarrón a Vinícius, el desorden general barcelonista en una transición, y la segunda tras una conducción al límite, sin su clarividencia habitual, que terminó con una patada a Tchouméni tras no concretar una línea de pase en el batiburrillo barcelonista. Dos acciones que se podrían extrapolar al decepcionante rendimiento general del Barça.

El de T

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