Los biocarburantes han protagonizado la segunda mesa de la IV Jornada de Economía circular y Energías renovables. Bajo el título ‘Del combustible fósil a las moléculas verdes: el papel de los gases renovables en la descarbonización’, los cuatro participantes coincidieron en varias ideas. Por un lado, en la importancia de descarbonizar no solo el transporte, también la industria y prácticamente todos los sectores. Por otro, en el enorme potencial de nuestro país a la hora de afrontar este gran reto.

Esto se reflejó en la intervención de Pilar Sánchez, subdirectora adjunta de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que comenzó el debate contextualizando las políticas del Ministerio ante el escenario geopolítico y señaló que la reducción del consumo de gas natural impulsado por la legislación europea nos lleva “necesariamente a pensar en los gases renovables, esas moléculas verdes que vamos a tratar de fomentar como alternativa”.

Sánchez insistió en el gran posicionamiento de España en este aspecto, reflejado en el Plan Nacional Integrado Energía y Clima (PENIEC): “Tenemos un gran potencial y nos va a suponer una mayoor autonomía estratégica”. Actualmente, el PENIEC establece grandes metas: “Hablamos de 12 GW de hidrógeno, hablamos de 20 TW de biogás... Todos estos números buscan reducir nuestra dependencia energética hasta un 50% en el año 30. Y esto es un gran salto”. 

Al respecto, la investigadora en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC Dalia Liuzzi apuntó la utilidad del biogás ante el problema de la intermitencia de las energías renovables: “Transformar esa energía renovable en moléculas que puedan transformarse y utilizarse de forma continua es una gran solución”. Además, destacó la importancia de los biocombustibles en sectores difíciles de electrificar, como el marítimo o el de la aviación.

Joan Batalla, presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas, introdujo durante su intervención lo necesarios que son los gases renovables para descarbonizar el “resto” de la demanda energética, dado que el sector eléctrico es solo “alrededor de un 22-23% de la demanda energética final”. “Ese potencial del biogás ya está empezando a ser una realidad: tenemos 17 plantas de biogás conectadas a la red, y en estratos momentos en Europa ya hay 1700 plantas de biometano”, señaló Batalla. 

Uno de los temas claves de la conversación fue introducido por Javier Migoya, director de expansión de Redexis, que confirmó que la red gasista actual es totalmente válida para esa transición verde. “Todas y cada una de las infraestructuras energéticas de transporte y distribución que existen hoy en España, que son 96.000 kilómetros de redes, sirven perfectamente para distribuir el biometano”, aseguró Migoya, haciendo de su bajo coste una de las razones para implementarlo lo antes posible. 

“El gas verde nos permite tener una disponibilidad de 24 horas sin tener que invertir en distribución, lo que lo diferencia claramente en la carrera de la descarbonización”, aclaró el director de expansión de Redexis. “El biometano nos abre más carriles en la autopista de la descarbonización”, sentenció.

Del laboratorio al domicilio

Si Liuzzi se refería al reto social de transmitir a la población la importancia de que estamos metidos en en una emergencia climática, que no es que venga, sino que ya está aquí; ese reto nos enlaza al de hacer realidad la teoría y accesible la energía verde a la ciudadanía. En este sentido, Joan Batalla aterrizó el debate a la vida diaria: “¿Qué pasa con la caldera que yo tengo en casa? La realidad es que no requiere de adecuación para incorporar el biometano, por eso nos permite descarbonizar de forma eficiente y competitiva, es una solución al alcance de la ciudadanía de nuestro país”.

Instantes de la tercera mesa de la IV Jornada de Economía circular y Energías renovables de elDiario.es

Javier Migolla aprovechó el momento para retomar una frase de Miguel Carpintero en la primera mesa de la jornada para adaptarla a la conversación: “Al ciudadano no hay que pedirle que sea un héroe, me he quedado con esa frase porque me ha parecido intrínsecamente buena. El biometano tiene una cosa en la que es claramente superior, que es justo en el sentido de que las infraestructuras ya existen: las de transporte, las de distribución y las de los ciudadanos en su casa. El ciudadano tiene que invertir cero euros y eso nos permite una descarbonización justa”. “20 millones de personas pueden tener descarbonizados sus consumos en el hogar sin invertir nada”, sentenció.

Pilar Sánchez añadió que las medidas de la administración también van en la dirección de facilitar desde el punto de vista regulatorio que esos gases renovables tengan cabida. “Recientemente con la aprobación de las últimas NGTS, las normas de gestión técnica del sistema, establecemos una cuota, un porcentaje de penetración de ese biometano dentro de la red, incluso también de hidrógeno con un determinado porcentaje”, explicó.

Por último, Joan Batalla quiso recalcar esa idea para ofrecer el mensaje positivo de que la transformación ya es una realidad. “En estos momentos, no te enteras, pero tienes un porcentaje de biometano en la red, ya es una realidad y la cuestión es que tenemos que hacerla posible para que dentro de unos años estés descarbonizando con los mismos equipos y con las mismas infraestructuras”. “Tenemos todos los mimbres, tenemos la ciencia, centros tecnológicos punteros, tenemos un sector comprometido con ese proceso de transformación, tenemos las infraestructuras preparadas, aprovechemos, tenemos que hacerlo posible”, concluyó Batalla con el acuerdo de todos los ponentes.

Dalia Liuzzi también subrayó la necesidad de una mejor articulación: “Creo que necesitamos muchos más de estos encuentros donde podamos colaborar, donde podamos hablar y donde podamos debatir entre la ciencia, la administración y el sector privado”.