A pesar del esfuerzo para recuperar calles, fachadas, plazas y monumentos siguen existiendo grupos que han hecho parte de su forma de vida los rayados y destrucción de patrimonios que suelen ser parte importante de la historia de nuestras ciudades.

Más allá de una expresión de rabia o enojo, parece poco entendible que sigan ocurriendo y es digno de un fenómeno social para investigar y tener un diagnóstico más profundo para aplicar medidas y evitar estos sucesos.

Vandalizar la Fuente Alemana recién reinaugurada, las constantes incivilidades en las estaciones de metro o el frecuente rayado de fachadas son conductas que demuestran el poco respeto y empatía por el otro. Más que nunca necesitamos reconstruir la convivencia en la sociedad ya que tenemos un problema serio de respeto.

Estas per

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