Hoy Enric dice ser una persona feliz, pero hace unos meses su estado de ánimo era otro totalmente diferente. «Ha llegado mi momento, estoy bien», asegura este catalán de 31 años, para a continuación insistir en que en la actualidad se siente «lleno de vida».
«Me levanto cada mañana con una sonrisa y con ganas de cumplir con el día», afirma Enric, quien hacía tiempo que no experimentaba una sensación similar. En su memoria aún permanecen los recuerdos de los momentos difíciles vividos en el pasado.
Su salida del centro penitenciario fue, en primera instancia, un momento de máxima emoción para él, pero el miedo a no ser capaz de reinsertarse, de adaptarse de nuevo a la sociedad, no le abandonó en ningún momento.
Durante su estancia en prisión, Enric había oído hablar del programa Reincorp

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