Este domingo Sevilla volvió a temblar de indignación. Miles de personas llenaron las calles para protestar contra el escándalo de las mamografías dudosas que han afectado a más de 2.000 mujeres. Muchas siguen sin respuestas claras sobre qué falló , y la frustración se mezcla con la rabia.

Según 'El País' , los técnicos recibieron órdenes de no informar a las pacientes : un nuevo sistema informático debía encargarse de todo. Confiaron en que funcionaría… y falló. Mientras tanto, se desactivaron comisiones de seguimiento con expertos que podrían haber dado la voz de alerta.

Ángela Claverol, presidenta de AMAMA, asociación de mujeres afectadas, resumió la sensación general: "Nos han llamado de todo, que alarmistas, que lanzamos infundios. Le importamos una mierda ". Y no l

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