Un grave incidente verbal ensombreció los Mundiales de gimnasia tras la difusión de una declaración explosiva en la que, según se ha informado, se lanzó la frase: “Quiero golpearle la boca hasta desfigurarla”. La contundencia del lenguaje ha encendido las alarmas en el entorno del campeonato y generado una cascada de reacciones inmediatas entre aficionados, entrenadores y responsables federativos.

El suceso, que habría ocurrido en el contexto de una disputa dentro del propio recinto de la competición, ha vuelto a poner el foco en la tensión extrema que puede derivarse en eventos de alta presión. Testigos y asistentes describen un ambiente cargado que, pese al control organizativo habitual, derivó en un intercambio verbal agresivo que requiere ahora aclaración y verificación por parte de

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