NACIONES UNIDAS (AP) — La Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente el miércoles para condenar el embargo económico de Estados Unidos a Cuba por 33º año. Sin embargo, la votación suavizó el aislamiento de Washington sobre un tema de larga data en el Caribe, mientras crecen nuevas fricciones en torno a su acumulación militar allí.

La votación en el organismo mundial de 193 miembros fue de 165-7 con 12 abstenciones. El año pasado, fue de 187-2 con votos de "no" de Estados Unidos e Israel y una abstención. Este año, Argentina, Ucrania y Hungría estuvieron entre los países que también se opusieron a la medida.

En una entrevista con The Associated Press el lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció que Estados Unidos montó una campaña de presión para influir en la votación.

Rodríguez afirmó que su gobierno había escuchado de otros países, principalmente en Europa, que el Departamento de Estado los estaba alentando a votar en contra de la resolución. El Departamento de Estado no respondió a las solicitudes de comentarios.

Antes de la votación, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, describió el ejercicio anual como "teatro político" por parte de Cuba para "presentarse como víctima de agresión mientras se describe claramente como 'el enemigo de Estados Unidos'".

“Yo sugeriría que nuestros estados miembros dejen de apaciguar al régimen con sus votos y, en cambio, usen este voto para enviar un mensaje al mundo”, indicó Waltz durante el debate de la Asamblea General el martes, añadiendo que la votación también podría enviarle el mensaje a Cuba de que no "culpe de todos sus problemas económicos a Estados Unidos".

Aunque no es legalmente vinculante, las resoluciones de la Asamblea General reflejan la opinión mundial, y la votación ha dado a Cuba una oportunidad anual para enfatizar que Washington se mantiene al margen de las restricciones económicas de décadas.

“No podemos subestimar la importancia, el impacto, del poderoso mensaje año tras año de la Asamblea General, que es el órgano más democrático y representativo de la comunidad internacional”, dijo Rodríguez a AP. “No es vinculante, pero es poderoso”.

Instando a los países el miércoles a respaldar nuevamente la resolución, el ministro cubano añadió que “hacerlo sería un acto de justicia a favor de un pueblo amante de la paz que enfrenta no solo el bloqueo, sino con el bloqueo, otro monstruoso huracán”.

Estados Unidos objeta la descripción de las restricciones económicas como un bloqueo.

La votación de este año ocurrió no solo mientras el huracán arreciaba, sino también mientras la administración Trump intensifica su campaña contra el narcotráfico en las aguas frente a Sudamérica.

La iniciativa de casi dos meses y la acumulación militar de Estados Unidos han tensado los lazos con aliados en la región y han abierto la especulación de que los movimientos están dirigidos a derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro. Estados Unidos lo ha acusado de narcoterrorismo, alegando que conspiró para inundar el país con cocaína.

Maduro, a su vez, ha acusado a Estados Unidos de intentar desestabilizar su país y tomar control de sus reservas de petróleo.

Mientras tanto, Cuba ha luchado desde 2020 con una de las peores crisis económicas y energéticas de su historia. Su producto interno bruto se ha reducido, y los residentes han soportado apagones, escasez de alimentos e inflación. Ha habido oleadas de protestas, y cientos de miles de cubanos han emigrado, muchos a Estados Unidos.

Los funcionarios cubanos han culpado del apretón económico a los cierres por COVID-19, sanciones más estrictas de Estados Unidos y otros factores. El gobierno comunista de la isla dice que el país perdió más de 7.500 millones de dólares entre marzo de 2024 y febrero de 2025 debido a las sanciones de Estados Unidos, una pérdida un 49% mayor que durante el mismo período un año antes.

El embargo se impuso en 1960 después de que Fidel Castro liderara una revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista y nacionalizara propiedades pertenecientes a ciudadanos y corporaciones estadounidenses.

En julio de 2016, el entonces presidente cubano Raúl Castro y el entonces presidente estadounidense Barack Obama restablecieron oficialmente las relaciones. Ese año, Estados Unidos se abstuvo, por primera vez, en la resolución de la Asamblea General que pedía el fin del embargo.

El sucesor de Obama, Donald Trump, en su primer mandato criticó duramente el historial de derechos humanos de Cuba, y Estados Unidos volvió a votar en contra de la resolución en 2017 y desde entonces.

De los casi 10 millones de residentes de Cuba, el 80% ha pasado toda su vida bajo sanciones, que aumentaron significativamente durante el primer mandato de Trump, continuaron bajo su sucesor, el presidente Joe Biden, y se endurecieron nuevamente después de que Trump regresó al cargo este año.

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La corresponsal Cristiana Mesquita en La Habana contribuyó con esta nota.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.