La franquicia, que ha mantenido por más de sesenta años el mismo ritual —hombre blanco, traje hecho a medida, vodka agitado no revuelto— ahora se enfrenta a algo más grande que un cambio de rostro: a la pregunta de si su esencia está en el hombre, o en el mito. Mientras algunos veteranos como Helen Mirren insisten en que “Bond no puede ser mujer”, otros, como Daniel Craig , no se quedan en el género: “¿Por qué una mujer tiene que ser Bond para ser poderosa? ¿Por qué no puede ser algo totalmente distinto, igual de peligroso, igual de inteligente, pero sin tener que copiar el mismo molde?” .
El debate no es nuevo, pero sí ha dejado de ser un susurro en festivales de cine para convertirse en un grito en las pantallas de los celulares. En 2025, ya no se trata solo de quién lleva el traje

Nuevo Día

Fast Company Lifestyle
AlterNet
Rolling Stone