El reloj marcó las diez en punto sin demora. En las inmediaciones de la Galería Universitaria Braulio Salazar se había congregado un nutrido grupo de personas; observaban impasibles la imagen peregrina de la Virgen del Socorro que había sido trasladada hasta allí por dos trabajadores diligentes. La figura mariana resplandecía bajo un sol compasivo. Al fondo se alzaban varias columnas de agua, custodiadas por los árboles de la plaza Dr. Fabián de Jesús Díaz.

El padre Víctor Alejandro Colina, capellán de la Universidad de Carabobo, se hizo presente. Entregó algunas estampas carismáticas y conversó con varios feligreses hasta que las autoridades académicas y regionales dispusieron el inicio de la ceremonia. Con una carpeta en la mano y cierto aire de solemnidad, el religioso bendijo la activ

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